Bodega 1900

Bodega 1900

Después de meses de rumores, de fechas previstas que se vieron retrasadas y de un verano por medio llega por fin Bodega 1900. El trío formado por Albert Adrià encargado de la coordinación, Pedro G Asensio, de la cocina, y Angel Geriz de la sala; busca el resurgir del vermut más clásico: el de la buena conserva y embutido, el de la tapa, el del picoteo, el de los platillos. Clásicos salazones y embutidos, como ellos mismos definen son la base y los ingredientes típicos de esos momentos  que preceden a la comida haciendo de Bodega 1900 un templo de esta gran costumbre tan arraigada.

Con una ambientación de primeros de siglo pasado, siendo fiel a su nombre, un local no excesivamente grande nos deleita con lo mejor de lo mejor. El primer encuentro lo tenemos con los embutidos y los utensilios a la vista de la preparación de éstos, como si de una charcutería se tratase, con una barra y alguna mesa, donde ya se aprecia la calidad de lo que allí vamos a disfrutar.

Bodega 1900

entrada

Mesas de mármol y sillas típicas de la época. Los uniformes del personal clásicos, delantales hasta los pies, de blanco y negro. Diversos objetos y detalles nos confunden y nos hacen pensar que hemos viajado en el tiempo.  El local se estrecha para dar paso a un comedor, con una barra de servicio y la cocina prácticamente a la vista.

Salón

salón

La carta nos ofrece los imprescindibles:  patatas chips con salsa de vermut, berberechos, aceitunas, anchoas, boquerones, mejillones, quesos, lomo, jamón, salchichón… todos de primerísima calidad con algún toque de distinción, bien sea por el ingrediente en sí o por su forma de prepararlo. Encontramos algo más de sofisticación con las Ostras, la caballa ahumada, las algas crujientes, las cortezas de cerdo gigantes con mermelada de limón y algunas tapas calientes acercándose a un plato como croquetas de Joselito (estas pueden tomarse por unidades), Pluma ibérica, Picantón a l’ast, algunos Molletes (de calamares, pollo….), algo de la huerta (tomates y pimientos) y postres por si se da el caso que, al hacer el vermut, hayas acabado comiendo. 

Dejé cosas por probar, lógico, pero avanzo lo que ya he catado… y digo avanzo porque pienso volver!.

Para beber no hubo duda alguna: vermut negro, servido con naranja (no esperaba menos…) sin oliva, un par de cubitos y vaso ancho. ¿Me han leído el pensamiento?. Sabor fuerte, ideal esperar a que el hielo haga su misión, buenísimo.

Vermut negro

vermut bodega 1900

Vermut II

Me decanto primero por unas algas crujientes, por aquello de probar algo diferente: algas Nori con arroz y sésamo blanco…pues que os voy a decir. Crujientísimas, parecían cortezas, de un sabor buenísimo. No temáis si tenéis dudas respecto a las algas: no es ningún sabor intenso a mar ni nada por el estilo, atreveos porque es algo único y no se deben desaprovechar oportunidades como esta.

Algas crujientes

Algas crujientes

Una cazuelita con suficiente ración, su finalidad es picotear, pero están tan buenas que duran muy poco encima de la mesa. Es imposible tenerlas delante y no comerlas.

Algo más clásico como unas navajas sería imperdonable no probarlas, están hechas para vermutear. Si, además, vamos en busca del toque diferencial lo encontraremos: navajas en escabeche suave.

Navajas en escabeche suave

Navajas en escabeche suave

Que navajas y que escabeche!. Suave, tal y como se describe, pero ojo, con sabor!. Las navajas muy tiernas, pero no tanto como para que no sean navajas. Poca cosa puedo decir, sólo que tenéis que probarlas. Igual que las algas, se merecen toda nuestra atención.

Para probar algo de la vertiente más sofisticada, unas ostras. Aunque me gustan, puedo prescindir de tomarlas, no me apasionan, y tiene que ser algo que me apetezca muchísimo. Ese día no tenía el paladar receptivo a ellas,  así que no las probé, pero si puedo deciros que mi «partner» a quién si le resultan casi imprescindibles las calificó como de las mejores que había comido.

Ostras

ostras

Me fío totalmente de su criterio, si tenéis afinidad con el mío, coincideiréis así que considerarlas os aseguro que será una buena elección. Su aspecto me recordaba bastante a las tomadas en Cancale, paraíso de los «ostreros» en la Bretaña Francesa, donde sí las comí y sinceramente, estaban muy ricas.

Dos croquetas de Joselito, ¿que podemos esperar?. Pues eso, dos delirios. Pienso que con una buena materia prima es difícil que algún plato salga mal… aunque también debo reconocer que he visto destrozos teniendo lo mejor de lo mejor, por lo que no vamos a excusarnos en que es «fácil» conseguir unas buenas croquetas porque tenemos un buen jamón y quitarles mérito.

Croqueta de Joselito

Croqueta de Joselito

Porque las croquetas necesitan algo más: la cremosidad del interior, la dureza del exterior, que el ingrediente se vea y se note en la boca, y escasa en aceite, lo que indica una buena temperatura de fritura. Y todo lo cumplía la tapa caliente que tomé. Buenísima, recien hecha y en su punto de sabor a jamón. Que se puedan pedir por unidades es una gran tentación…

La primera incursión fue altamente satisfactoria. Ahora, ya en marcha casi  al 100 %, aunque no tiene aún sistema de reservas activo, podéis ir a visitarla de Martes a Sábado de 13 a 20 h. Encontraréis Bodega 1900 en la calle Tamarit, 91 de Barcelona. Yo en cuanto pueda, tengo que ir a probar el resto…

llaves de luz

Después de la larga espera, Bodega 1900 no defraudó lo más mínimo. Un lugar para disfrutar cualquier día a cualquier hora de un viaje gastronómico, de un suculento abrir boca imprescindible en Barcelona. Su facebook, donde nos mantiene al día de comentarios, visitas y novedades. No faltéis y, no olvidés decir que…

lo habéis visto en Baco y Boca

2 comentarios en “Bodega 1900

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